Recursos Juveniles

La falta de amor, una relación rota, la pérdida de alguien amado o alguna enfermedad. Nos causan dolor. Yo defino al dolor de la siguiente manera:

El dolor es como si el pecho se oprimiera hacia adentro y un hueso quisiera perforar el corazón dejándote sin aire, es tan fuerte que no podes respirar… que ¡quieres gritarlo!, hasta que en ese momento sentís que el corazón se vuelve fuerte y comienza a empujar con fuerza el dolor hacia fuera.

Tengo 24 años, a los 23 me case con el hombre más hermoso, atento, dulce y con un corazón rendido a Dios, 2 meses después falleció debido a una descarga eléctrica en su cuerpo. En ese momento no podes creer lo que está pasando, y por tu cabeza comienzan a cruzarse un montón de preguntas como los populares ¿POR QUES?... ahora, los sueños, los proyectos que teníamos ¿Dónde quedan?

Lo más loco es que quieres cuestionar la voluntad de Dios. ¡ES EL MOMENTO DONDE TENES QUE BUSCAR UNA SALIDA!

¡SI! una salida, porque es ahí donde Satanás quiere tomar posesión y control sobre nuestras actitudes, pensamientos, sentimientos, pone culpa en nosotros y queremos culpar a Dios de lo sucedido, nos enojamos con El, pero yo entendí que con quien debo enojarme es con Satanás. ¡Porque mi Dios es Dios de vida!

El enemigo no quiere vernos bien, quiere que en situaciones como estas, caigamos en un estado de depresión.

¡AL CONTRARIO! tenemos que aferrarnos más a Dios, porque en circunstancias como estas es donde comenzamos a conocer a Dios de otra manera “El se hace fuerte en nuestras debilidades”. Estando en mi casa una mañana El Espíritu Santo hablo a mi vida con este versículo: “bien aventurados el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón está en tus caminos.

Atravesando el valle de lagrimas lo cambian en fuentes, cuando la lluvia llena los estanques irán de poder en poder, verán a Dios en Sion” Salmos 84:5-7

Es acá donde me detuve y pensé, tengo que buscar una salida:

Habitar en este valle y quedarme con el dolor, seguir pensando en lo que hubiera sido y caer en depresión.

2- PASAR este valle, entregarle todo a Dios, mi dolor, mis pensamientos, mi tristeza. Pero ¡debo pasarlo! Yo tome esta decisión atravesarlo porque confió en mi Dios y entiendo que El tiene cuidado de mi, como dice su palabra: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulaciones ” salmos 46:1

El es mi fortaleza, y que su poder se perfecciona en nuestras debilidades, en nuestra tristeza, en nuestro dolor.

Permanezcamos quietos porque estamos en la palma de su mano, El nos cuida, nos protege, nos da de su fuerza. Saber que después de cruzar el valle lo veré a Él en Sion.

El cambia mi tristeza en gozo, solo debes dejar que el Espirito Santo sea tu consolador.

MIS CONSEJOS:

§ B BUSCA SU AYUDA, SU CONSUELO, EL GOZO DE DIOS EN SU PALABRA.

NO TE ENCIERRES.

CUANDO TENGAS QUE LLORAR, LLORA.

RODEATE DE PERSONAS ALEGRES QUE TE QUIERAN Y QUIERAN VERTE BIEN.

§ Y SI TENES PREGUNTAS BUSCA A UNA PERSONA SABIA QUE PUEDA AYUDARTE.

BENDICIONES!!!

ARIADNA WERNER

Líder Juvenil