Somos llamados a un PROYECTO, PROCESO, PRODUCTO, denominado: EL REINO DE DIOS. El Proyecto, nace en el corazón de Dios, se realiza a la manera de Dios, y es para la gloria de Dios. El proceso, siguiendo bajo el dominio absoluto del Espíritu Santo, es dado a la iglesia, como aliada del Espíritu, a instaurar el producto en la tierra. Ese producto, se llama El Reino de Dios.
El concepto de Reino era mejor entendido en los tiempos en que fueron dichos que ahora. Se refería dominio absoluto, autoridad máxima, potestad sobre todo y todos. Es distinto de una presidencia de la nación. El presidente de una nación no es mas que uno de los ciudadanos que administra lo que le ha sido delegado. El reinado tiene que ver con propiedad absoluta, es autoridad plena, no solamente que “tiene” autoridad delegada.
En Gn.12: 2 el Señor dice a Abraham: “Haré de ti una nación…”.
El pueblo de Israel no entendió el concepto del Reino, por lo tanto no ha logrado el propósito. De hecho, Dios sabía lo que sucedería; y por eso no fue sorprendido en el fracaso del pueblo elegido. Pensó en la Iglesia, el actual Israel de Dios.
El mensaje del Señor Jesucristo en la tierra fue “El Reino de Dios”, que se ha acercado. Y en ese contexto es que dijo también: “…edificaré mi iglesia…”; o mi agencia para la instalación del Reino.
¿Cómo se ha de instaurar el Reino de Dios en la tierra?
El Reino de Dios se ha de instaurar como todos los reinos que se han sucedido en la historia de la humanidad: Estrategias, Objetivos, Metas, Planes, etc.
El Reino de Dios es el Producto, que la Iglesia trae. Para hacerlo, utiliza las armas que ya son conocidas en la Biblia: El Amor, el Perdón, la Santidad, la Misericordia.
Las Estrategias, son: Evangelización, el Servicio, la Enseñanza de Principios Bíblicos, etc.
Pero a lo que quiero apuntar en esta oportunidad es al concepto de iglesia, que tiene relevancia para realizar el Reino de Dios.
Por alguna razón, hemos desconocido el concepto de iglesia que fundamenta el accionar de los hermanos de la iglesia primera, luego de los tiempos del Señor. Pensamos que iglesia es un edificio con una cruz encima, con un grupo de personas que asiste de vez en cuando, para cantar unas canciones, oír un discurso y volver a casa.
Cuando el Señor dijo: “Edificaré mi Iglesia”, nadie le preguntó el significado del término, pues era conocido entonces. Pero al pasar más de dos mil años, ya se desdibujó la imagen de iglesia, y no sabemos a qué se refería el Señor al pronunciar la palabra “iglesia”.
“Iglesia”, es un concepto romano. Es un término estratégico, es un término de connotaciones militares. Se refiere a un grupo de avanzada, a un grupo comando, una comisión. Básicamente, cuando el Imperio Romano quería conquistar algún territorio, lo primero que hacía era enviar al lugar un grupo de avanzada. Un grupo de cinco personas, que tenían como objetivo tomar los lugares de poder: educación, política, justicia, economía y salud. Cuando el grupo llegaba a tomar esos lugares, la conquista se concretaba. Se ponían de acuerdo con el Imperio, y al llegar el ejército para rodear y tomar la ciudad, LA IGLESIA llamaba a la ciudadanía y les decía: “nadie se mueva, no vamos a pelear, pertenecemos a Roma”. Y así, sin disparar un solo tiro, se lograba la conquista.
Ese es el concepto que manejaba el Señor cuando dijo: “edificaré mi iglesia”. Es un ejército, un equipo de conquista, una fuerza de avance. No un grupito que se reúne a gritar, saltar, hacer piruetas y volver transpirados a casa. ¡Dios no te llamó a solamente saltar y gritar! ¡Dios te llamó a algo más grande que eso! ¡No estoy en contra de que lo hagas! Pero si pensas que ser cristiano es ir a bailar a un templo, a dar dos pesos de ofrenda (de vez en cuando) y a volver tarde a casa, pasando por una pizzería por el camino, no entendiste nada del Evangelio de Cristo Jesús!
La iglesia es un grupo violento, un ejército formado, un comando estratégico. No una manada de ovejas balando en las praderas de este perdido mundo. Si solamente oíste que debes ser un niño bueno, una niña sumisa, y a quienes todo el mundo pasa por arriba, no entendiste el Evangelio.
No está mal ser bueno, amoroso, sumisa, etc. Debes serlo, porque ese es el carácter de Cristo. Pero ahí no termina tu vida. Recién comienza. Ser bueno no es suficiente. Ser santo no es suficiente. Debes llegar a dominar en el lugar, en la ciudad, en el país. A eso te llamó el Señor. Los que aprietan los botones del estado, han hecho carrera para llegar ahí. Cuando Dios levantó a José, Daniel, Moisés, lo hizo para que fueran gente de gobierno. No solamente a ser gente buena.
Te animo a meditar en tu papel de cristiano en este planeta. Hasta que punto estas involucrado en el proyecto de conquista del mundo. El Señor fundó su Iglesia para que fuera una fuerza poderosa para alcanzar a conquistar los lugares de poder y dominar. No solamente a ganar algún alma de vez en cuando para Cristo. El Señor tiene poder para hacer mucho mas, pero se requiere que compremos el producto llamado Reino de Dios.
Es un Reino dentro del país. Es un Reino con sus reglamentos, leyes, estrategias, propósitos, proyectos, etc. Cuando haya una generación que compre el producto, el proyecto que Dios se ha propuesto se realizará!!!
Dios te bendiga
Pr Luis Pettersson
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